MSC. Waleska Perdomo Cáceres
2014
La realidad es compleja, es múltiple. Sus factores sólo son determinados por la diversidad de elementos que puedan emerger de lo investigado, del caos.
La realidad es distinta, dependiendo de la mirada de quien la observe, de los valores de quien está inmerso en esta. La realidad es posible sólo si la vemos, no es mecánica. Así como lo expresa James (1933), el universo comienza a parecer una gran mente, una gran idea, se parece más a un gran pensamiento que a una gran máquina. Es que en el universo, en la realidad sólo existe una gran consciencia, lo que algunos llaman Dios.
Es posible que no exista otra realidad más allá del pensamiento o como dice Calderón de la Barca (1994), que la vida es una ilusión, un frenesí, un sueño. El puente entre la realidad física y el pensamiento es un hecho de la física cuántica, la energía sigue al pensamiento, por lo tanto es lógico reconocer que todo se construye en primera instancia en el mundo de la entelequia, pueda ser al final una tecnología útil al ser humano.
Todo objeto primero fue soñado, modelado para luego ser desarrollado en la realidad física. De eso se trata, de soñar lo plausible en la realidad, de entender que todo puede ser posible de realizar sin las ataduras de las necesidades de las limitaciones físicas. Un día la magia y los milagros serán conocidos como tecnología avanzada, así como lo afirma Berg (2009), estamos en los tiempos dónde todo lo que desees puede ser manifestado. La manifestación de una idea, de su viabilidad tecnológica como artefacto viene dado por las nuevas formas de pensamientos.
La humanidad no se está conformando con avanzar lentamente, muy por el contrario, los avances tecnológico son dados a pasos agigantados por lo que se requiere de propuestas poco ortodoxas, más flexibles como lo son los fundamentos de la investigación transcompleja. La transcomplejidad como una nueva forma de abordar una realidad “en-redada”, dinámica, multidimensional, llena de elementos que se contradicen, que se fusionen, que se solapan y que se desbalancean en un entorno altamente caótico permite abordar la idea de que la realidad se parece cada vez más a lo que pensamos y no a lo que tocamos. Este es un enfoque permite por medio de la flexibilidad de su adaptación que la fenomenología actual, pueda apreciar dónde está el punto focal dónde la percepción en algunas ocasiones se desvirtúaliza o al contrario, se virtualiza.
En ocasiones la ciencia sólo profundiza a los fenómenos en un nivel puramente material, escapando de los niveles meta-físicos de la realidad que es mucho más profunda e inestable de lo que se piensa subjetivamente. Esta multiplicidad de factores lo contempla la transcomplejidad al abordar formas prospectivas del futuro, que será inmaterial. Pensar en el abordaje de un futuro transcomplejo, entendiendo el término los fenómenos ocurridos en una realidad que son transdisciplinarios dentro de la complejidad aparente de pensamiento, deben generar investigaciones para avanzar en el futuro de la tecnología.
Pensar diferente debe ser un norte de todo investigador, soñar el futuro sin barrera física alguna, estudiando el futuro con técnicas como la prospectiva permite que sus teorías puedan probarse con la practicidad del desarrollo de nuevas metodologías transcomplejas.